Su madre era alcohólica, y el pequeño Marlon imitaba ruidos de animales para hacerle reír cuando estaba ebria. Así empezó su relación de amor-odio con la interpretación.
Hoy se cumplen 90 años del nacimiento de Marlon Brando, y aquí siempre buscamos una excusa para hablar de el por poco que sea. Brando fue el más grande, en mi opinión no ha habido en 90 años un actor como el, y posiblemente nunca más lo haya.
Camaleónico, con una personalidad abrumadora, capaz de torear a miuras ingobernables, como al propio Elia Kazan, a quién sibilinamente iba llevando a su terreno hasta conseguir la escena que el propio Brando deseaba. El ejemplo mas claro la mítica escena de "La Ley del Silencio" junto a su hermano Charlie. ( Aqui).
Con un poderío escénico e interpretativo que demostró de sobras en el teatro, y en sus películas de corte mismamente teatral, con su Stanley Kowalsky ( Un Tranvía llamado deseo) y su arrollador Marco Antonio ( Julius Caesar). Fue un "Salvaje" de "Rostro Impenetrable", y cayó en el absoluto ostracismo, para renacer con unos simples algodones en la boca como "El Padrino" del cine.
Y por si su status de mito no lo mantenía en el foco, el cual por cierto odiaba, se pronunció a favor de la causa de los Indios Sioux, participó presencialmente en los incidentes producidos en 1973 en Wounded Knee, Dakota del Sur, donde activistas de la tribu Oglala Lakota y los movimientos a favor del Indio Américano tomaron el pueblo de Wounded Knee en protesta por el maltrato y las promesas incumplidas del Gobierno de E.E.U.U.
En favor de esta manifestación, Brando rechazó el Oscar de la Academia, enviando a Sacheen Littlefeather, actriz de origen indio quién leyó un manifiesto del propio Brando a favor de la causa de los Indios.
Capaz de llegar tarde a un rodaje "apocalíptico", con una estética opuesta a la que el papel requería y muy pasado de kilos, para luego reescribir sus escenas, convencer a todo un destrozado Coppola, que perdió casi 30 kilos en el rodaje, justo los que traía de más el propio Marlon, y triunfar a pesar de todo.
Con Bernardo Bertolucci y Maria Schneider, quién dijo "sentirse violada", desafió toda moral de la época, y es que en 1972, con "El Último Tango en Paris", Brando rodó algunas de las escenas mas escandalosas de la historia del cine, y se interpreto, en cierto aspecto a sí mismo, condenando el estamento de la familia, condicionante de su historia vital, en su pasado, y lo que sería su futuro.
Así rezaba en mitad de la famosa escena de la mantequilla: "Repite conmigo: santa familia, templo de los buenos ciudadanos. Los niños son torturados hasta que confiesan su primera mentira, donde la voluntad se quiebra bajo la represión, donde la libertad es asesinada por el egoísmo. Dais asco, me cago en todos vosotros, maldita familia"
A pesar de toda la vóragine que era su vida, tenía en Tetiaroa, su isla de Tahiti el refugio que le impulsó a seguir haciendo cine, pués el mismo dijo en varias ocasiones que cuando se quedaba sin dinero, iba, hacía un par de películas y seguía viviendo su aventura isleña.
Este blog no puede pasar por alto que fue Jor-El, el padre del mejor Superman que ha dado el cine, Chsitopher Reeve .
Aunque su aventura en esta película fue corta, fue la que más dinero le dió, y es que sol el dinero le motivo para ello. Cobrando 250.000 dolares por cada día de rodaje, y un porcentaje de la taquilla. Todo un negocio que le reportó criticas, y fondos para seguir con su vida en la isla de Tetiaroa.
Los últimos años de la vida de Marlon Brando fueron los mas turbulentos, en 1990 el asesinato de la pareja de su hija Cheyenne, a manos de Christian Brando, el hijo de Marlon, le costaron la tranquilidad, el dinero y hasta la salud. Brando se vió obligado ha rodar películas que no deseaba solo para pagar abogados.
En la escena del crimen, Marlon Brando obligó a su hijo, borracho en ese momento, a llamar el mismo a la policía y afrontar las consecuencias de lo que había hecho "como un hombre". El 1 de Julio de 2004 nos dejaba este "hijo del Metodo" y a la vez, su máximo exponente.
Hasta aquí llega mi pequeño homenaje en el día en que hubiera cumplido 90 años, y en el año que se cumplen 10 años de su muerte. Me dejo todo en el tintero, la figura de Marlon Brando, tanto en lo personal, con una idiosincrasia tan especial, como en su aportación al mundo del cine y el arte escénico es tan dilatada que podríamos hacer todo un libro sobre ello, pero sin duda la mejor manera de conocerlo es coger su rica filmografía y degustarla plano a plano.
Camaleónico, con una personalidad abrumadora, capaz de torear a miuras ingobernables, como al propio Elia Kazan, a quién sibilinamente iba llevando a su terreno hasta conseguir la escena que el propio Brando deseaba. El ejemplo mas claro la mítica escena de "La Ley del Silencio" junto a su hermano Charlie. ( Aqui).
Con un poderío escénico e interpretativo que demostró de sobras en el teatro, y en sus películas de corte mismamente teatral, con su Stanley Kowalsky ( Un Tranvía llamado deseo) y su arrollador Marco Antonio ( Julius Caesar). Fue un "Salvaje" de "Rostro Impenetrable", y cayó en el absoluto ostracismo, para renacer con unos simples algodones en la boca como "El Padrino" del cine.
En favor de esta manifestación, Brando rechazó el Oscar de la Academia, enviando a Sacheen Littlefeather, actriz de origen indio quién leyó un manifiesto del propio Brando a favor de la causa de los Indios.
Capaz de llegar tarde a un rodaje "apocalíptico", con una estética opuesta a la que el papel requería y muy pasado de kilos, para luego reescribir sus escenas, convencer a todo un destrozado Coppola, que perdió casi 30 kilos en el rodaje, justo los que traía de más el propio Marlon, y triunfar a pesar de todo.
Con Bernardo Bertolucci y Maria Schneider, quién dijo "sentirse violada", desafió toda moral de la época, y es que en 1972, con "El Último Tango en Paris", Brando rodó algunas de las escenas mas escandalosas de la historia del cine, y se interpreto, en cierto aspecto a sí mismo, condenando el estamento de la familia, condicionante de su historia vital, en su pasado, y lo que sería su futuro.
Así rezaba en mitad de la famosa escena de la mantequilla: "Repite conmigo: santa familia, templo de los buenos ciudadanos. Los niños son torturados hasta que confiesan su primera mentira, donde la voluntad se quiebra bajo la represión, donde la libertad es asesinada por el egoísmo. Dais asco, me cago en todos vosotros, maldita familia"
A pesar de toda la vóragine que era su vida, tenía en Tetiaroa, su isla de Tahiti el refugio que le impulsó a seguir haciendo cine, pués el mismo dijo en varias ocasiones que cuando se quedaba sin dinero, iba, hacía un par de películas y seguía viviendo su aventura isleña.
Aunque su aventura en esta película fue corta, fue la que más dinero le dió, y es que sol el dinero le motivo para ello. Cobrando 250.000 dolares por cada día de rodaje, y un porcentaje de la taquilla. Todo un negocio que le reportó criticas, y fondos para seguir con su vida en la isla de Tetiaroa.
Los últimos años de la vida de Marlon Brando fueron los mas turbulentos, en 1990 el asesinato de la pareja de su hija Cheyenne, a manos de Christian Brando, el hijo de Marlon, le costaron la tranquilidad, el dinero y hasta la salud. Brando se vió obligado ha rodar películas que no deseaba solo para pagar abogados.
En la escena del crimen, Marlon Brando obligó a su hijo, borracho en ese momento, a llamar el mismo a la policía y afrontar las consecuencias de lo que había hecho "como un hombre". El 1 de Julio de 2004 nos dejaba este "hijo del Metodo" y a la vez, su máximo exponente.
Hasta aquí llega mi pequeño homenaje en el día en que hubiera cumplido 90 años, y en el año que se cumplen 10 años de su muerte. Me dejo todo en el tintero, la figura de Marlon Brando, tanto en lo personal, con una idiosincrasia tan especial, como en su aportación al mundo del cine y el arte escénico es tan dilatada que podríamos hacer todo un libro sobre ello, pero sin duda la mejor manera de conocerlo es coger su rica filmografía y degustarla plano a plano.
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